Hoy
vamos hablar sobre los 7 pecados capitales y más cosas, como sabéis, cualquier conferencia, estudio o
trabajo intelectual tiene su fuente de información, por tanto, este trabajo no
es solo de mi autoría, porque para realizarlo, he recopilado datos históricos y
científicos de una serie documental de history channel que se llama “los 7
pecados capitales”. Os recomiendo que la
veáis, el resto es fruto de mi investigación y conclusiones. Pero ya estoy
tardando en aclarar que el pecado no existe, el pecado en realidad es un
constructo social que han promovido desde siempre las religiones, para así
manejar mediante el miedo a las masas.
Pecado significa transgredir la Ley de Dios, ¿Y
cuál es la ley de Dios?
No se puede argumentar que la Ley de Dios este
escrita en ningún texto sagrado y sea autoría del mismo Dios, porque eso es
indemostrable.
Por el mismo motivo, tampoco se puede
argumentar que sean textos inspirados.
Y querer demostrar que un libro es sagrado
porque lo pone el mismo libro u otro que se basa en ese mismo libro es
retroalimentarse y autoengañarse.
Constituye una cuestión de fe y no una
certeza, te lo crees o no te lo crees.
En mi caso, no solamente no lo creo, sino que
además lo niego, sobre todo porque los textos sagrados se contradicen en esa
presunta Ley de una religión a otra, y a veces, hasta en la misma religión.
En justicia es tan valida, invalida cierta o
incierta una religión que otra, ¿Cuál sería la verdadera que excluyera a las
falsas? ¿Cuál sería la verdadera Ley de Dios?
Por
tanto, la palabra pecado es totalmente inadecuada, y las conductas humanas se
podrán calificar de errores y no de pecado.
Y
esto es lo que voy a tratar de desarrollar en este trabajo. Algunos de los que
me escuchen estarán de acuerdo, otros no, y muchos de los que luego la escuchen
por internet de los sectores mas radicales del cristianismo hasta se sentirán
ofendidos, y me pondrán a parir como siempre. A estos les digo que no es mi
propósito ofenderlos ni herir sensibilidades ajenas, solo doy mi opinión con
respeto, opinión que no tiene por qué ser acertada, porque soy humano. Por otro
lado, como no tienen la obligación de escuchar charlas espiritistas pues que cambien
de video o dejen de leer y ya, y así se evitan el disgusto.
Pero no voy a poner paños calientes para ser
del agrado de nadie ni a transgredir el octavo mandamiento de la fe católica, y
no porque sea pecado mentir, sino por autoconvicción.
La
gente suele entender que los pecados capitales son aquellos que por su magnitud
no tienen perdón de Dios, en realidad no es así, ningún pecado excede la
capacidad de perdón de Dios. El termino capital aquí no se aplica como
magnitud, viene de la palabra latina “capitis” y hace referencia a cabeza, es
decir, éstos pecados serian la cabeza de la que proceden otros pecados, según
Santo Tomás de Aquino.
Estos
pecados han regido la moral cristiana desde hace muchísimos siglos, pero ojo al
dato, no aparecen por ninguna parte en la Biblia, si bien si se habla de ellos
no existe ningún listado de los mismos clasificándolos.
¿A qué se debe esto? Pues a que al principio
no eran 7 sino 8, y que su denominación inicial eran tentaciones capitales y no
pecados capitales.
¿De
dónde vienen entonces? Pues corría el
año 375, cuando un monje llamado Evagrio Pontico se retiró a un monasterio
cristiano en los desiertos de Egipto, allí comenzó a explorar las tentaciones
del alma humana catalogando hasta 8.
Se
sabe que Cipriano de Cartago en el siglo anterior ya había descrito esas 8
tentaciones, también se sabe que el escritor y poeta romano Horacio, muerto 8
años antes de Cristo, ya había hecho una lista con 7 vicios capitales
sospechosamente muy parecida, sus vicios capitales eran avaricia, gusto por las
alabanzas, envidia, ira, pereza, glotonería y lujuria.
¿Cómo
se convirtieron las 8 tentaciones capitales en los 7 pecados capitales?
Sencillamente
un papa del siglo sexto llamado Gregorio el Magno consideró que la tristeza y
la pereza eran la misma cosa, además quitó la vanagloria y puso la envidia que
no estaba. También pensó que esto en vez de tentaciones eran pecados mortales.
¿Y
porque el capricho de que fueran 7 en vez de 8? Pues porque el 7 es un número místico, 7 eran
los planetas ,7 son los días de la semana, en 7 días se creo el mundo, 7 las
colinas de Roma y así hay un suma y sigue en el que se ve que el 7 es el número
mejor para estas cosas. Así que como contrapunto también le opusieron 7
virtudes.
En la actualidad se dice que no tienen por qué
ser necesariamente mortales los 7 pecados.
Vamos
a ver estos pecados tan capitales, y según en que época tan mortales, que te
llevarían directamente al infierno sin que tenga contrapeso todas las obras
buenas de tu vida por muchas que fuesen, según han concluido algunos lumbreras
de la teología a lo largo de la historia.
LA
IRA
Dice
la RAE que ira es una pasión del alma que causa indignación y enojo, como segunda
acepción apetito o deseo de venganza.
Pero
en el antiguo testamento o Biblia hebrea nadie es más iracundo que Dios, por ejemplo,
una vez sintió mucha ira hacia su creación porque veía mucho pecado y declaró: “Toda
sustancia viva que he creado será borrada de la faz de la Tierra” y
entonces mandó un diluvio que acabó con todo. Me pregunto a veces si los
animales también eran pecadores, y por qué perdono a los peces.
En otra ocasión, vio que los hombres estaban
construyendo una torre que llegaba al cielo. “La torre de Babel” y se cogió un
cabreo de órdago y les echo la torre abajo, esta vez en vez de matarlos los
puso hablar inglés, a otros alemán y a otros español, y así se crearon los
idiomas parece ser, ¿o no?
Otra
vez se cabreó mucho con dos ciudades: Sodoma y Gomorra, y les metió fuego
porque estaba aquello lleno de pervertidos, se salvó una familia nada más.
Se ve que ya no ha vuelto a ver pervertidos en
los que volver a mandar fuego, aunque yo diría que por haber más gente ahora,
hay más pervertidos, y que sigue habiendo núcleos y asentamientos urbanos que
son un foco de perversión en los que no se salva ni una familia.
Como
vemos, Dios ha ido afinando la puntería contra el pecado, primero destruía un
mundo entero, después los ponía a hablar lenguas y los dispersaba por el mundo,
luego afinaba más y se centraba solo en el lugar del pecado, y a día de hoy nos
castiga uno a uno conforme vamos muriendo mandándonos al infierno según unos, o
en espera de juicio según otros.
Quizá cambió el método porque al principio no
habría infierno, bueno esto último es una tontería, ¿dónde iría la gente mala entonces
antes de que se inventasen las religiones?
Se
deduce que antes que al hombre hizo el infierno, porque, ya en tiempos de Adán
y Eva que eran las primeras personas, existía el diablo y ya era malo y jefe
del infierno.
Por tanto, aún sin clientes, ya había infierno
y estaba nuevecito, a estrenar, esperándonos. También se deduce entonces que ya
sabía que íbamos a ser malos y tendría que castigarnos, pero en cambio, cuando
nos creó el sexto día dijo que era muy bueno.
En fin no sigo, me estoy saliendo del tema,
solo era para que veáis lo ridículo que puede ser interpretar a día de hoy de
forma literal un texto de hace casi tres milenios, así que recomiendo pensar en
lo que leéis antes de asegurarlo, el papel es un soporte muy sufrido que
aguanta le escriban cualquier cosa, prosigamos con la ira.
Cada
pecado capital es provocado por un demonio diferente, el cual te va tentando, y
mediante astucia y engaño te lleva a ese pecado.
La ira concretamente es provocada por Satanás.
Otros dicen que por Amón. Ahora la pregunta seria, ¿es Satanás mediante la
astucia y el engaño quien lleva a Dios a una conducta iracunda? Y quien le hace
decir en Deuteronomio “La venganza es mía” ¿Era Satanás quien dominaba a Moisés
cuando en un ataque de ira mató a un egipcio que estaba maltratando a un hebreo
o rompió las tablas de los mandamientos? Cuando Jesús arremetió contra los
mercaderes del templo, ¿era Satanás quien estaba detrás de su conducta? La
respuesta es no en los tres casos.
De acuerdo que el demonio engañase a Adán Y
Eva, pues aunque inteligentes, como demuestra el hecho de saber hablar desde
recién nacidos, eran solo eso, unos recién nacidos que nacieron grandes.
Pero Dios, Jesús y Moisés ya eran adultos, me
perdonan la broma y que vuelva a interpretar literalmente,
En realidad, no puede ser, porque la
intermediación de un demonio para incitar a cada pecado capital la inventó un
obispo alemán del siglo XVI, que se llamaba Peter Binsfeld. Y como este obispo era demonólogo, sacó esas
conclusiones, la iglesia nunca lo hizo oficial, pero la idea quedó ahí para
siempre y nunca fue desmentida, más bien el resto de demonólogos la acogieron.
A
día de hoy los científicos han determinado de donde viene la ira, viene de una
primitiva parte del cerebro del tamaño de una nuez que se llama amígdala, que
distingue las percepciones de peligro e induce cambios en la frecuencia
cardiaca, sudoración y prepara al cuerpo para luchar o huir, está presente en
todos los mamíferos y hasta día de hoy nos ha ayudado a sobrevivir.
Hay otra parte del cerebro que es su freno,
está en los lóbulos frontales, es el frontal orbital.
Una
persona abrumada por la amígdala esta temporalmente loca, hasta que es frenada
por los lóbulos. En algunas sociedades la locura temporal es un eximente en el
código penal.
La
ira se ve en todo tipo de sociedades y clases sociales desde el principio de
los tiempos, está presente en los animales y en el hombre que proviene de
ellos, nos sirve como medio de afrontar o evitar peligros, en su grado adecuado
es completamente natural, en grado superlativo un comportamiento totalmente
inadecuado y totalmente tóxico hacia uno mismo y hacia los demás que nos habla
de enfermedad mental más que de pecado.
La virtud que la iglesia le opone es la
paciencia, que en mi opinión, en grado superlativo en el mundo actual que vivimos también resultaría nociva, pues
nos sumiría en una total indefensión ante las situaciones de la vida y los
posibles abusos del resto por total inacción, y si bien es correcto decir: “no
hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti”, no es menos correcto decir: “no
permitas a otro que te haga lo que tú no le harías a él”.
No
puede considerarse la ira un pecado que excite la ira de Dios y lo haga tomar
venganza, según Deuteronomio.
La
ira es una tendencia natural cuando es controlable, o una enfermedad mental
cuando es exagerada.
Más bien parece que hablar de la ira de Dios, de la venganza de Dios, del fuego consumidor,
es desconocer su naturaleza y su tendencia, querer asimilar lo divino a lo humano,
en un intento de entenderlo pero rebajarlo a la categoría de ser arrogándole
comportamientos humanos, lo escribiese quien lo escribiese ese día estaba poco
inspirado por la divinidad, y por querer hacerlo grande y poderoso más bien lo
hizo pequeño y pecador, además queda desautorizado por otros profetas y por el
apóstol San juan por ejemplo, que afirma que Dios es amor, yo digo que Dios ni es vengativo ni tiene ira, vosotros decid
lo que queráis.
LA LUJURIA
Dice
el diccionario que la lujuria es el deseo excesivo de placer sexual, como
segunda acepción exceso o demasía de algunas cosas.
No
parece que en las culturas antiguas la lujuria constituyese ningún pecado si
nos asomamos a algunos templos de la India y vemos que están decorados con escenas
del kamasutra, donde el sexo y la religión se llegan a confundir en uno mismo.
Tampoco
lo parece si echamos una mirada en la Grecia clásica donde se adornaban caminos
y fronteras con símbolos fálicos en honor a Hermes, dios de la fertilidad, se
honraba al dios Dionisio con desenfrenados rituales sexuales, se adoraba a
Afrodita, comías y bebías en recipientes decoradas con escenas de sexo grupal,
homosexual, pederasta o hebefilico.
Y
que decir de Roma, ¿hablamos de que Calígula exigía sexo a todas las jóvenes
atractivas de Roma incluida su hermana?
de que parte del palacio fue convertido en Burdel donde se prostituían
las matronas romanas por propio divertimento?, de las sumas que pagaban a los
gladiadores para acostarse con ellos?, ¿de la diosa Venus? ¿De Pompeya? Solo diré que todo igual que Grecia pero más.
El
antiguo Testamento condena la lujuria, pero no el sexo, solo hay que leer el
cantar de los cantares.
El cristianismo hereda estos pensamientos y
los intensifica, Jesús dice a sus seguidores que comete adulterio incluso
cuando se ve a una mujer con lujuria.
La Biblia dice fornicadores adúlteros
afeminados o abusadores de sí mismos, no heredaran el reino de los cielos.
¿Abusadores
de sí mismos? Mi profesor de religión era sacerdote, no nos decía que no
iríamos al cielo, nos decía que salían granos y que te podías quedar ciego, él
lo debía saber bien, porque tenía unas gafas gordísimas, se ve que paró a
tiempo.
En aquel tiempo casi todos teníamos granos, se
ve que a casi a nadie le importaba nada la vista.
Pero
no siempre ha habido consenso en cuanto a este pecado, en el año 325 un grupo
de cristianos denominados “ Carpocrasianos”
iniciaban sus rituales despojándose de sus ropas, luego de la unción un
masaje grupal y culminaba el ritual con el sacerdote y la sacerdotisa haciendo
el acto sexual, estos hacían parte de un movimiento del cristianismo denominado
gnóstico, que tenían un concepto diferente del pecado, de hecho se atribuye a Jesús en el evangelio de María el haber
dicho que el pecado no existía. San Epifanio, un Obispo del siglo IV describe
con detalle estas orgias gnósticas, esta rama del cristianismo desaparece
cuando la rama principal los declara
como proscritos y quema los evangelios gnósticos. De aquellos carpocrasianos solo quedan los
escabrosos relatos de los cristianos antignosticos.
Más
tarde el reformista Papa Gregorio el Magno evoluciona a pecado la lujuria y
ordena a todos los sacerdotes permanecer célibes, para preservarse, hasta ese
momento era opcional, él mismo era nieto y bisnieto de Papas. No sé si se preservarían,
pero al no tener descendencia oficial obispos ni sacerdotes ya no hubo
herederos de los bienes de la iglesia y se aseguró su poderío.
El
celibato evoluciona entonces desde un concepto teológico a una denuncia de la
sexualidad para todos los fieles, convirtiendo a la iglesia en anti hedonista,
demonizando el deseo sexual incluso en el matrimonio, si no es tendente a la
reproducción.
Ah
se me olvidaba el demonio que incita a la lujuria es Asmodeo, pero eso es a
partir del siglo XVI ya sabéis por qué.
En tiempos mas antiguos no se quien llevaba el
departamento de la lujuria. A lo mejor los dioses romanos o griegos.
La
virtud que se le opone a la lujuria es la castidad según la iglesia,
virtuosismo este que, llevado a su máximo esplendor por nuestras madres, no nos
permitiría hoy a ninguno de nosotros estar aquí.
El
impulso sexual humano no ha cambiado
desde que existen humanos, la lujuria no
se trata de una emoción, se trata de un instinto que se desarrolla en las
partes mas primitivas del cerebro, y que de nuevo compartimos con el resto de
mamíferos, el instinto básico de apareamiento viene de la hormona testosterona,
presente en hombres y en menor medida en mujeres y que tiene como
iniciador a un neuroquímico que se llama
dopamina, dispara la testosterona y aparece el deseo sexual. Cualquier tipo de
estimulo sexual en los genitales estimula la dopamina y la testosterona.
En
un laboratorio de Seattle (Washington) un grupo de neurocientíficos logró
cartografiar la estructura neuronal biológica de la sexualidad humana con un
sencillo experimento. El Dr. Ken Maravilla con un simple Cd y una máquina de
tomografías fue exhibiendo imágenes desde neutras a totalmente eróticas y
observando los cambios de actividad que se producían en el cerebro, pudo
concluir que los lóbulos frontales se activaban junto a la amígdala, que es un
área que tiene que ver bastante con la toma de decisiones, también concluyó que
mientras estas áreas se activaban, otras relacionadas con las inhibiciones y el
juicio se desactivaban.
Conclusión: cuanto más excitada esta una
persona menos juicio tiene, al final va a ser verdad que eso de que a veces
pensamos con la bragueta.
De
nuevo nos encontramos que este pecado tiene que ver más con la biología humana
que con ningún demonio, alguien con un desequilibrio hormonal o en su
bioquímica cerebral podría cometer las conductas que describe la biblia como
altamente pecaminosas, que si bien pueden ser errores según la moral del sitio
donde nos encontremos, nunca van a ser verdaderamente pecados, pues el
individuo estaría siendo victima de su propia naturaleza orgánica, de hecho
existen multitud de clínicas que tratan esto como una enfermedad tanto cuando
ocurre por exceso como cuando ocurre por defecto.
Al
principio se ve que Dios no le daba mucha importancia al sexo, de hecho mando a
Adán y a Eva multiplicarse, y multiplicarse bastante, tanto como para llenar la
tierra.
Hombre y mujer los hizo porque vio que no era
bueno que Adán estuviera solo, según dice la Biblia, pero es que para estar
acompañado no hace falta tener sexo con nadie, si los proveyó de órganos
sexuales además de compañía esta claro que no tenía inconveniente en que los utilizaran
hasta ser los padres de naciones enteras según el génesis.
¿Por qué lo que antes dio como bueno ahora iba
a ser malo? ¿acaso es Dios un tipo que se desdice por falta de previsión a
nuestra imagen y semejanza?
El deseo sexual es completamente natural en
las personas, su medida es la que tu quieras libremente, su orientación
exactamente igual, si su uso por exceso o defecto te causa problemas, no se
llama pecado se llama enfermedad.
Continúa la próxima semana...