ÁNGEL MESA
LA SOBERBIA
Dice
el diccionario que la soberbia es un apetito desordenado de ser preferido a
otros.
Parece
ser que este pecado es más antiguo que la humanidad, pues ya Lucifer pecó de
ella queriendo ser más que Dios, a partir de ahí lo mandaron al infierno, eso sí,
de jefe, y con derecho a escapaditas para engañar a Adán y Eva, y ahora a
nosotros.
Adán y Eva pecaron de lo mismo al desobedecer
la ley de Dios. A partir de ahí a Adán lo pusieron a trabajar para ganarse el
pan y a Eva a parir con dolor a sus descendientes, eso sí, solo hasta que se
inventaron las pensiones y la epidural.
¡Buff
esto me pasa por haber interpretado literalmente!
Evagrio
Pontico inicialmente dividió la soberbia en dos clases, la vanagloria, que es
un exceso de vanidad y necesita de los demás para que le digan lo maravilloso
que es, y el orgullo, que no necesita a nadie y es un pecado de
autosuficiencia.
Proclama
la Iglesia que la virtud que se opone a la soberbia es la humildad, por tanto,
es una característica a buscar en el mayor de los grados, pero paradójicamente
¿es humilde querer ser el más humilde?
Peter
Binsfeld nos dice que la soberbia la induce Lucifer. Y el resto de religiosos
nos dicen que la soberbia es pecado
Si
yo os digo que soy tan importante que quiero salir bajo palio, estaría pecando
de soberbia verdad? Pues los obispos salen bajo palio.
Si
yo os digo que por la dignidad de mi trabajo me tenéis que llevar montado en un
trono transportado por hombres, soy soberbio ¿verdad? Pues esto han hecho todos
los papas hasta que se inventó el papamóvil.
Si
yo os digo que hay que construir grandes iglesias, catedrales y templos para ir
adorar a Dios, cuando Jesús aprovechaba cualquier parte, estoy sabiendo más que
Jesús y por tanto soy soberbio. Esto lo hacen los religiosos ¿no?
Si
Jesús vestía una simple túnica e iba en un borriquillo o andando, y yo os digo
que la imagen suya que adoro, tiene que estar vestida de oro y piedras
preciosas, montada en un trono de oro, ¿soy soberbio? Esto lo dicen religiosos
y cofradías ¿no?
Si
yo os pido dinero en nombre de Dios, pero en realidad me lo gasto en vehículos
de lujo, grandes mansiones o en un jet privado, soy soberbio y además ladrón ¿no?
Pues esto lo hacen muchos pastores, incluso sin ser telepredicadores.
Si
os digo que lo más importante de vuestra existencia y deber principal es amarme
a mí sobre todas las cosas, ¿sería soberbio y vanidoso? Esto dicen que manda
Dios, y que es su primer mandamiento.
¿Están
todos los anteriores inducidos por Lucifer?, algunos a lo mejor, ¡Dios
imposible!
No
parece que estén los religiosos muy autorizados hablar a los demás del pecado
de la soberbia.
Pues
quizá nos estén colando algún gol.
El
sentir orgullo de tus hijos, de tu trabajo, de la casa o el coche que has
comprado, de la familia de la que vienes, son formas de compararse con el resto
en aspectos en los que crees que eres superior, luego son muestras de un
desequilibrio afectivo, tratan de compensar una profunda inseguridad y buscan
la aprobación o el reconocimiento de los demás, si no te lo dan, llegas a la
situación donde solo importa uno y lo de uno, el narcisismo.
La
soberbia ha sido cambiante a través de las épocas, en gran parte del siglo XIX
era motivo de orgullo estar gordo, y cuanto más mejor, pues era síntoma de
tener grandes recursos económicos. Ahora nadie quiere estar gordo y a mucha
gente hasta le da vergüenza.
Estar
bronceado a lo largo de la historia era síntoma de que eras pobre y trabajabas
al sol, ahora es síntoma de que tienes tiempo y medios para ir a broncearte.
Llevar
la ropa rota ha sido siempre síntoma de miseria, ahora es indicativo de ir a la
moda, y encima cuesta más dinero comprarla.
Tener
una vajilla en un tiempo fue un lujo de reyes, ahora mucha gente opta por
platos de papel o plástico por el lujo de no lavarlos.
Pero
independientemente de la forma en la que se exprese en cada época la soberbia,
está anclada en el ADN del humano. Se han hecho experimentos estudiando el
origen y evolución del comportamiento humano con simios en la universidad de
Yale, en los que muestran conductas de soberbia.
Psicólogos
estadounidenses han estudiado que hay dos tipos de orgullo, uno conduce al
éxito y el otro al fracaso.
Al primero lo llaman orgullo autentico y esta
relacionado con la productividad, la confianza y el éxito, al segundo lo llaman
el orgullo Ubrish, y está relacionado con la arrogancia, el egoísmo y la
presunción. El primero es beneficioso y el segundo una conducta tóxica que
conduce al engaño, aunque haya veces que no se puede distinguir lo uno de lo
otro.
En
los últimos tiempos la soberbia no solo es aceptada, sino que se anima a ella,
se anima a tener los perfumes más caros, mejor casa, mejor coche, mejor ropa,
mejor zona donde vivir, a meter a los niños en los colegios mas exclusivos, ir
a los mejores médicos, lo lujoso y lo caro es lo mejor, ¿que son sino las
marcas?, la gente cambia de televisión por que tiene unas pulgadas más, de
móvil porque tiene un megapixel más, aunque sea inapreciable al ojo humano, de
restaurante porque el cheff es más famoso, aunque la comida la sigan haciendo
los ayudantes del anterior, hay que
verse con mejores cosas que el resto para demostrarse a uno mismo que se es
mejor que el resto, y con esta filosofía se estimula a ser un ganador o un
fracasado, es soberbia, pero esta característica animal es uno de los motores de la sociedad y
economía humanas y una de las palancas de su evolución.
LA
GULA
Dice
el diccionario que la gula es un apetito excesivo con la comida o con la
bebida.
Este
pecado es mas antiguo que las religiones, sencillamente porque el hombre no siempre
ha tenido nevera ni supermercado, y alternaba ciclos de abundancia con ciclos
de hambre, comía lo que encontraba, lo que cazaba y lo que recolectaba, y comía
tanto como podía, pues la acumulación de grasa era clave para subsistir en los
ciclos de hambre.
En
la tradición grecoromana había un culto al cuerpo, solo hay que ver estatuas y
pinturas de la época, la expansión del imperio trajo numerosas comidas y
bebidas nuevas, los aristócratas acudían frecuentemente a banquetes donde
comían y bebían hasta sus límites, provocándose después el vomito para poder
seguir comiendo y bebiendo. Esto lejos de ser considerado una cerdada, se veía
tan normal que incluso se disponía a una serie de esclavos para limpiar los vómitos,
¡y tan normal, a seguir comiendo y bebiendo!
Según
la creencia cristiana, la gula es un pecado contra nuestro propio cuerpo, que
es templo de Dios, se decía que en esos banquetes se servia en bandeja de plata
a Satanás, pero si hablaban de Satanás ¿quién lo decía? pues los cristianos, a
lo mejor los mismos esclavos cristianos que limpiaban los vómitos. Y surgió el pecado de la gula como critica al
hedonismo romano.
San
Agustín predicó la abstinencia en todas sus formas y por tanto el disfrutar de
la comida pasó a ser pecado.
Tanto es así, que San Francisco recomendaba
espolvorear la comida con ceniza para no disfrutarla, San Benito establece unas
reglas sobre el uso de la comida y la bebida en los monasterios, pero los
monasterios encontraron la forma de saltarse la regla, haciendo una habitación
aparte que llamaron misericordium.
El
demonio que induce a la gula es Belcebú, y la virtud que se le opone es la
templanza.
Tanta
templanza tuvieron Clara de Asís y Verónica, que se dejaron morir de hambre por
ser mas virtuosas ante Dios, y lo mismo le pasó a Santa Catalina de Siena, que
se provocaba vómitos con una ramita hasta que también murió, a este fenómeno lo
llaman los teólogos anorexia santa, los médicos lo llaman solo anorexia.
Los
puritanos consiguieron por ley en Masachussetts prohibir la navidad en
evitación de la glotonería.
Los
judíos lo ven de otra manera y dicen que hay que bendecir los alimentos y hasta
tienen distintas bendiciones según qué coman, para ellos solo hay pecado si el
deseo te hace esclavo de la comida o si estas dejando sin comer a otro.
En
el islam se manda comer saludablemente y sin excesos e impone ayuno en Ramadán
como método de autocontrol.
En
otras regiones del planeta las religiones se callan, pues el problema no es
comer o beber mucho, el problema es que se come y se bebe muy poco, y no por
ser más virtuosos ni santos anoréxicos.
Estamos
programados para sentirnos atraídos por los alimentos más caloríficos, esto se
demuestra en como responden las áreas cerebrales cuando se le enseña un alimento
rico en proteínas, y como responden cuando se le enseña uno hipocalórico.
Dicen
los científicos modernos lo contrario de los religiosos antiguos, que la gula
no es pecado sino que hay un gen que predispone a la gula a algunos sectores de
población, le llaman gen ahorrativo, y es debido a las épocas de hambre que
pasaron nuestros antepasados en las épocas de carencia, la hormona lectina, que
tiene como función acumular grasa, estaría relacionada con este gen, la falta
de lectina no te deja controlar la glotonería, por tanto la gula se debe a la
falta de lectina y no a la sobra de Belcebú.
En
la gula estamos enfrentando un instinto biológico a uno cognitivo, y no debemos
preocuparnos por las llamas del infierno, sino por las enfermedades
metabólicas, infartos y la poca ropa para gordos que hay en las tiendas.
LA
ENVIDIA
Dice
el diccionario que la envidia es la tristeza o pesar del bien ajeno, el deseo
de algo que no se posee.
Tiene
la envidia la característica de no querer ser reconocida por nadie, y dicen que
tiene la misma edad que la humanidad, pues ya Caín mato a Abel por envidia,
pero es mentira, la envidia es más antigua que el humano, los simios ya tenían
envidia, como demuestran experimentos de laboratorio tendentes a estudiar la
evolución del comportamiento humano, en concreto con monos capuchinos. Os
cuento. Se acostumbra a un grupo de capuchinos a darles pepinos como
recompensa, mientras a todos se les da pepino todo esta bien, llega el momento
en que a uno se le da pepino como recompensa y a otro se le da una sola uva.
Cuando de nuevo al primero se le vuelve a dar pepino de recompensa, le tira el
pepino a la cabeza al investigador y se muestra agresivo con el de la uva. Esta
claro que los simios ya sienten envidia. Estos estudios se hicieron en el Yerki
Institut de Atlanta. Y luego se extendieron a perros, pájaros y otras especies
con resultados similares.
Se
han encontrado a principios de este siglo indicios de donde se aloja la envidia
en el cerebro humano mediante la neurología aplicada, y la encontraron en un
área primitiva que se ocupa de la recompensa, constituyendo por tanto una
característica biológica humana.
Curioso
el experimento que se llevó a cabo en la Universidad de Harvard y La de Miami,
le hicieron a 250 personas la misma pregunta. ¿qué prefieres, ganar 50.000 dólares
al año y que los demás ganen 25.000 o ganar 100.000 y los demás 200.000,
curiosamente mas de la mitad querían ganar 50.000 si esto constituía ganar el
doble que los demás.
En
otro experimento se le esconden a dos simios en dos recintos iguales nueces,
solo que a uno se le esconden 5 y a otro 3, cuando el de tres se da cuenta que
el otro tiene 5, trata por todos los medios de conseguir otras dos, de este
modo se demuestra que los individuos tratan de conseguir más beneficios de su
entorno y que la envidia puede ser un rasgo positivo, el querer lo que tienen
los demás te puede llevar a trabajar más
para conseguirlo, para progresar hay que desear y también envidiar, y si todo
el mundo estuviese contento con lo que tiene, esto no sería así.
Al
igual que la soberbia es un motor de la economía actual, la diferencia es que
en la soberbia quieres lo mejor, y en la envidia quieres lo de otro, odias al
otro por tener lo que tú no tienes.
Freud
consideraba que en el complejo de Edipo se odia al padre por competencia por la
madre, y que las niñas envidian tener pene, luego la psiquiatra Karen Harvey
opuso a esta teoría la teoría del útero (los hombres envidiaban tener hijos) todo
esto es muy polémico aun en la actualidad, otro caso de envidia es el complejo
de príncipe destronado, en el que el hermano mayor odia al pequeño por creer
que es mas querido, o el complejo de Caín, en el que el niño no solo odia al
hermano sino que lo quiere eliminar. Todo esto nos puede dar una idea de lo
arraigada que está la envidia en nuestro ADN. Hasta sin aprendizaje previo.
En la actualidad, la envidia es promovida por
la sociedad mediante la publicidad y el marketing, ya hace un siglo había un
anuncio en el que se leía “cuando consigues algo grande dejas
boquiabierto a los demás” subliminalmente te están diciendo: “compra
esto y serás envidiado”. Los
expertos en marketing de la actualidad saben de sobra donde están los puntos flacos
del común de los mortales, y los bombardean mediante publicidad para aumentar
las ventas, uno de estos puntos flacos es la envidia sin duda.
Como
veis, la envidia, cuando es moderada y controlada, es una característica de
nuestra naturaleza, y cuando se expresa de forma descontrolada una patología
mental.
No
hace falta que nos la induzca Leviatán, que sería el demonio encargado, porque
ya la llevamos dentro, y siendo su virtud opuesta la caridad, nos debe llevar a
comprender que ante un envidioso no estamos ante un ser perverso, despreciable y
condenado al infierno, sino ante un ser al que habría que ayudar a superar sus
conflictos emocionales.
LA
PEREZA
Dice
el diccionario que la pereza es la falta de ganas o disposición para hacer las
cosas.
Evagrio
Pontico consideraba que en la pereza se daban dos pecados: Acedía y Tristeza,
La
acedía no se corresponde con el significado de hoy de pereza, corresponde mejor
al estado de melancolía o apatía.
Hipócrates
decía que era un desequilibrio de los 4 humores fisiológicos, en concreto de la
bilis negra, pero que se podía curar.
Galeno,
en cambio, decía que se debía a no liberar los fluidos sexuales, la solución la
tenia en ayudar a los pacientes a liberarlos, “ya no se yo como lo haría”.
El
cristianismo creía que era una enfermedad del alma por haber entrado en
desgracia con Dios, la depresión era curada con sangrías, enemas o vómitos y en
el caso que fuese provocada por el demonio Belfegor pues con un exorcismo,
estos exorcismos contra la pereza se siguen haciendo a día de hoy en algunas
comunidades religiosas, un exponente famoso de estos exorcistas es el pastor
Ben Larson de EE.UU. cuando lo vi dando explicaciones y trabajando en el
documental que me he basado, me meaba de la risa, luego me indigne, bueno casi
siempre me rio y me indigno con los exorcistas, no solo con él, es por el abuso
de la ignorancia de la gente que me pasa, en fin este me pareció especial.
Desde
antiguo le han querido buscar tratamiento desde buhoneros que vendían brebajes
con ingredientes secretos que luego eran alcohol, hasta inventores que
fabricaban todo tipo de aparatos eléctricos, como cinturones, hombreras, sombreros,
corsés, etc., que generaban electricidad o agua radiactiva. Pero el culmen
llegó con los tratamientos con glándulas, Ron Sacuar, que era profesor de
Harvard en 1920 creo una emulsión de testículos de perro y cobaya que te inyectaba
en el brazo y aseguraba que acababa con la pereza.
Pero
la panacea la trajo un médico francés: Ser Berenof, que trasplantaba testículos
de mono a hombres, eso servia para la pereza y la impotencia.
Pero
el no va más lo trajo el Dr. John Bringley con los trasplantes de testículos de
macho cabrío untados en ajo. 16.000 intervenciones. hasta que se lo hizo a un
senador de Colorado que estuvo muy contento hasta que al poco se murió, y ya
las autoridades sanitarias por fin vieron que ni era medico, ni le sobrevivía mucha
gente, ni nada de nada.
A
día de hoy la investigación se centra en la neurología, las personas que
demuestran una pereza excesiva suelen ser victimas de depresión, actualmente se
les eleva el nivel de serotonina, que es un neurotransmisor, aunque aún no se
sabe porque es tan eficaz.
Se
ha recurrido también en la Universidad de Emory (Atlanta) a someter a personas
a experiencias tristes y estudiar sus cerebros mediante resonancias magnéticas,
todas las imágenes apuntaron a una pequeña zona del cerebro, “tan pequeña
que ni tiene nombre, la llaman área 25”. Han conseguido, estimulando esa
región, que los monos lloren, y en las personas que no reaccionan al prozac o
neuroquímicos más potentes, con un cablecito eléctrico en esa área, a modo de
marcapasos, dosificando 5 miliamperios, consiguen bastante mejoría en uno de
cada 4 pacientes.
(Continúa la semana siguiente...)